La nación colombiana una ilusión?
De tiempo atrás se ha venido dando la discusión acerca de si Colombia se constituye en una Nación entendida como la “nación cultural” o nación-estado referida, a la “nación política” concepto que tiene como alcance lo jurídico, lo político y la soberanía del Estado con relación al territorio. Discusión que busca ante todo definir el papel del Estado frente a las acciones que se deben emprender para alcanzar la unidad nacional en torno problemas claves y en donde la misma identificación de estos problemas ha sido compleja. “Colombia, por tratarse de una nación joven que, durante sus poco menos de 200 años de existencia ha ocupado su tiempo en constantes y sangrientas guerras civiles, no goza ni de educación, ni de referentes comunes que le permitan consolidar una identidad nacional. Los habitantes del país aun no se reconocen como iguales y ello sucede, como se ha mencionado, por la falta de puntos comunes sobre los cuales orbitar, pues existen diferencias culturales tan significativas entre una región y otra, que los pocos elementos comunes existentes son opacados por las raíces regionales.” Si atendemos a esta discusión encontramos que se hallan argumentos en los cuales se basan quienes señalan que Colombia no se puede considerar una nación en tanto que: “Hoy Colombia es una nación carente de símbolos nacionales (o de identificación de estos símbolos) por lo que sus ciudadanos no tienen dónde encontrarse y adicional a ello, la violencia los aleja y separa como país”. Ello hace que se perciba el país como la suma de las regiones en la cual los elementos comunes que existen son superficiales demasiado superficiales para darle el carácter de una cultura nacional.
El examen de los diferentes elementos que componen el concepto de identidad, “como cultura, normas, valores, status, socialización, educación, roles, clase social, territorio / región, etnicidad, género, medios” señala que la identidad comporta una complejidad que va mas allá de de eventuales manifestaciones y que requiere procesos que permitan su consolidación. Algunos analistas han señalado que la misma topografía de Colombia, marcada profundamente por los Andes por su configuración han limitado las comunicaciones, no solo terrestres sino también a través del espectro electromagnético, con grandes distancias, en un territorio que fue apropiado y poblado por grupos de conquistadores con diferencias significativas en su actuar y pensar, y donde la situación previa a la llegada de los Españoles tampoco era de unidad territorial y por el contrario se encuentran diferentes pueblos indígenas, con dialectos distintos, estadios de desarrollo de desigual, y una percepción también distinta de la invasión española, aunque todos en principio la rechazaron. Probablemente, y a título de ejemplo, ello explica la preeminencia de Bogotá, en sus orígenes, sobre el resto del país, donde los españoles logran controlar la mano de obra indígena y a partir de ella constituir relaciones de producción, contrario al Valle del Cauca donde la mano de obra debió traerse del África por la imposibilidad de sujetar los indígenas allí presentes al momento de su llegada. En este caso ya surgen dos regiones diferentes con ciertas características comunes, pero ante todo unidas mediante una decisión administrativa de la corte Española.
Esas diferencias en el origen y formación de la regiones explica el que no encontremos “la interpretación típica, recurrente y ampliamente compartida de algún tipo de objeto o evento, evocada en cierto número de personas como resultado de experiencias de vida similares” de acuerdo a como lo plantea Clifford Geertz. Es decir que no sea muy clara la llamada cultura nacional y las llamadas representaciones sociales son diversas y en ocasiones diferentes; aun están en formación y construcción las formas simbólicas, resultantes de la identificación en el sentido de lo social y su interiorización por la mayoría de los Colombianos. No de otra manera se entiende el lanzamiento de una campaña, Colombia Es Pasión, que es comprendida por ciertas capas de la sociedad Colombiana, especialmente ligadas al Gobierno, pero que se antoja muy lejana para el gran grueso de los mismo Colombianos.
Si a lo anterior sumamos que Colombia y su cultura en formación también están expuestas a procesos globales en la llamada cultura moderna y en consecuencia afectada por la autonomización, la racionalización y la mercantilización, distorsionando la consolidación de esa cultura nacional.
La llamada autonomización se observa o manifiesta en las diferencias culturales entre los grupos juveniles en las grandes ciudades, en las acciones de grupos sociales que presentan particularidades que los diferencian sustancialmente de otros como es el caso de segmentos poblacionales que acceden a consumos elitistas. Igualmente la racionalización aparece con la posibilidad de copiar todo tipo de arte para ser difundido, generalmente en un proceso de mercantilización que convierte las diferentes expresiones, ritos, costumbres en productos que circulan en el mercado perdiendo las connotaciones que le dan significado y las hacen parte de “la interpretación típica, recurrente y ampliamente compartida”. Se podrá plantear que la postmodernidad modifica estas tendencias pero en realidad lo que hace es profundizarlas y entonces aparecen multiplicidad de “subculturas” que aspiran convertirse en productos o que la fuerza de la “hipermercantilizacion” lleva a su rápida comercialización, impidiendo de alguna forma que se llegue al concepto de nación expuesto anteriormente. La postmodernidad estaría contribuyendo a una mayor diferenciación cultural del país, contrario a la posibilidad de contar con una cultura nacional o por lo menos haciendo más difuso el concepto nación-cultura en Colombia.
Si atendemos a otros factores de la identidad como lo son los valores, las normas, encontramos una serie de dificultades importantes que nos llevan a preguntarnos si en esta esfera tampoco Colombia ha logrado ese propósito de identidad; una larga historia de enfrentamientos, guerras civiles, levantamientos urbanos, nos señalan que Colombia ha dedicado grandes recursos humanos y económicos a la guerra en donde “Es difícil precisar la etiología de las guerras civiles en Colombia. Lo ideológico y lo material se presentan en todas con extraña mezcla..” , indican que la unidad nacional alrededor de normas, valores no ha sido posible y aun hoy se antojan como una necesidad de primer orden. Que es lo legal, que es lo legitimo en el imaginario colectivo de los Colombianos?
Se parte, en Colombia para hablar de identidad nacional, de reconocer diversos escenarios regionales que “tienen “la capacidad de diferenciarse de su entorno, de definir sus propios límites, de situarse en el interior de un campo y de mantener en el tiempo el sentido de tal diferencia y delimitación, es decir, de tener una ‘duración’ temporal” y ante lo cual no han valido los esfuerzos para consolidar una identidad que involucre el sentir nacional. El “sistema de relaciones y de representaciones” aun presenta debilidades y en algunos no es lo suficientemente claro para hablar con certeza de la identidad nacional en Colombia; se presentan discrepancias sustanciales entre etnias, entre regiones, entre grupos socioeconómicos y mas que relaciones existen diferencias, a veces insalvables, que debe ser resueltas, pero ante las cuales el Estado se antoja incapaz de resolver. Si bien encontramos “la permanencia en el tiempo de un sujeto de acción”, “concebido como una unidad con límites” pero el cual no tiene el completo reconocimiento de los mismos sujetos, es decir no hay un auto reconocimiento de las características de cultura, normas, valores, status, socialización, educación, roles, clase social, territorio / región, etnicidad, género, medios, como algo colectivo: “presupone la capacidad auto-reflexiva de los actores sociales, ya que la acción colectiva no constituye una simple reacción a las presiones sociales y a las del entorno, sino que produce orientaciones simbólicas y significados que los actores pueden reconoce”
Irrumpe la postmodernidad en un momento en que la identidad colombiana no se ha consolidado y contrariamente a lo que se supone sucede en otros ámbitos es probable que la reacción sea el apego al rango social, género o clan familiar, incorporando elementos de consumo en la cultura nacional pero reforzando elementos de orden local. A lo anterior se contrapone la crisis por la que pasa la institucionalidad y la perspectiva allí se hace más confusa.
A modo de conclusión comparemos la manipulación que se hace en países vecinos de las diferencias con Colombia que siempre resultan en una atmosfera anti colombiana. Pero por el contrario los nacionales colombianos aparentemente no tienen interés en esa exaltación de la nacionalidad y su expresión de rechazo hacia otras nacionalidades. La pregunta es si aun no comportamos características de identidad nacional, como lograremos tener propósitos nacionales, alrededor de los llamados temas fundamentales?.
- Existe Colombia como nación?, Alejandro Arbeláez, Arango, http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/EXISTE%20COLOMBIA%20COMO%20NACION.pdf,
- Cultura e identidades, Gilberto Giménez.
- Geertz, Clifford,1992. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa. Citado en cultura e identidades, Gilberto Giménez
- Identidad, nacionalismo y latinoamericanismo Francisco Morales 2008-06-2
http://viviendoconfilosofia.blogspot.com/2009/01/identidad-nacionalismo-y.html
- Tirado Mejía Álvaro, Aspectos sociales de las guerras civiles en Colombia.
- Cultura e identidades, Gilberto Giménez
Existe Colombia como nación?, Alejandro Arbeláez, Arango, http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/EXISTE%20COLOMBIA%20COMO%20NACION.pdf,
Geertz, Clifford,1992. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa. Citado en cultura e identidades, Gilberto Giménez.
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